Compartimos con vosotros un artículo de la revista Supergesto, revista para jóvenes misineros, donde nos relatan el testimonio de varios misioneros gallegos, entre ellos una misionera lucense, Pilar Quiroga.
Los protagonistas
del DOMUND 2017, miles de valientes en tierras de misión
Sé
valiente, la misión te espera Con esta propuesta Obras Misionales
Pontificias lanza la campaña DOMUND 2017 con el claro objetivo de animarnos a
salir de nosotros mismos y tomar parte en la actividad misionera de la Iglesia.
La misión no tiene límites ni fronteras. Tampoco es exclusiva de algunos, está
abierta a todos y este año, incluso, la ilustración del cartel es cómo un salto
al vacío. No obstante, no es así, es un salto de entrega. Al otro lado están
nuestros hermanos, amigos, necesitados, hambrientos, excluidos… ¡Cómo no vamos
a tomar parte en este desafío!
A lo largo de la historia de las misiones
han sido muchos, muchísimos, los valientes, los héroes, los mártires… que lo
han dado todo en territorios de misión. Muchos de ellos incluso han llegado a
ser santos. Este año que Galicia celebra de forma especial el DOMUND, acogiendo
la exposición El DOMUND al descubierto
y todas las actividades misioneras que rodean esta muestra, recordamos a uno de
sus santos misioneros, San Francisco Blanco, patrón de Ourense, natural de
Tameirón, que murió mártir en Japón, junto a otros 23 hermanos, a los 27 años.
Siguiendo sus pasos están casi 350 misioneros gallegos en diferentes lugares
del mundo. Mujeres y hombres valientes, como Nieves Quiroga, Julia Aguiar o
Manuel Carreira.
Le preguntamos a Nieves Quiroga si la
palabra misionero va unida a la de valiente y explica desde Bata, en Guinea
Ecuatorial, que “todos los cristianos tenemos la responsabilidad de estar
atentos de los demás, de ver sus limitaciones, sus necesidades y ayudarles
dentro de nuestra capacidad; estamos hechos para servir y ayudar… no todos en
la misma medida y cada uno en su estado de vida, la misión de Dios en él”.
“Este hecho de cumplir esa voluntad de
Dios en cada uno de nosotros, en su lugar, con sus responsabilidades, y
hacerlas bien, eso ya es valentía”, según Nieves Quiroga. “Todos somos
valientes. Los padres de familia, los periodistas…. Todos los que intentamos
luchar cada día por las pequeñas cosas, por un mundo más justo, un mundo con
más igualdad, un mundo para todos, donde el dolor cada vez sea menor y más
llevadero”.
Por lo tanto, ser misionero o misionera,
no tiene que ir necesariamente unido a ese tipo de valentía que nos imaginamos,
“sino a una persona que siente la necesidad de hacer bien las cosas de cada
día, de poner el corazón de Dios en todo, de apoyar, de ayudar y servir a
personas que están cerca o un poco más lejos de lo que es habitual, haciendo
Iglesia en todos los lugares, pero cumpliendo esa inquietud que el Señor ha
puesto en el interior de salir a países que quizás están más lejanos. Pero la
verdadera valentía es escuchar lo que Dios te está diciendo que hagas en cada
momento y hacerlo, ya sea aquí o allá, lejos o cerca”.
Nieves forma parte del Instituto Secular
Operarias Parroquiales Magdalena Aulina como laica consagrada. Estudió Enfermería
y realizó labores benéficas en Barcelona y otros puntos de Cataluña, para
trasladarse después a Guinea Ecuatorial, donde está dedicada al campo de la
salud con los más desfavorecidos. Y por si esto fuera poco también es
representante legal de la Fundación de Religiosos para la Salud (FRS) en Guinea
Ecuatorial.
Nieves Quiroga es de Lugo y el año pasado
fue condecorada con la medalla de la Orden de Isabel la Católica. Se la
entregaron en el consulado de Bata, en nombre del rey Felipe VI, con la que se
reconocen sus casi 30 años de servicio sanitario en Guinea Ecuatorial.
“¡Claro que sentí una gran alegría a nivel
personal!”, dice a Supergesto, “pero
la medalla la recibí con el sentimiento de reconocimiento a todos los
religiosos que trabajan en el campo de la salud y educación en Guinea
Ecuatorial durante muchos años. Ha sido una oportunidad en la que se ha
reconocido, por el Gobierno Español, el
trabajo que hacen los religiosos a nivel profesional y a nivel vivencial del
Evangelio. Reconocimiento a tanto sacrificio, esfuerzo y amor dado por tantas
personas consagradas viviendo con la población guineana durante 30 años para
conseguir un país con un mayor número de personas que sean más humanas y
capaces de replicar lo que han visto con el testimonio de todos los religiosos
ya sean sanitarios o educadores”.
Finalmente le pedimos a esta misionera
gallega en África, que nos revele el secreto de por qué engancha la misión en
cuanto se prueba. “Es una necesidad, es responder a lo que sientes que debes
hacer. Entonces las renuncias, los
sacrificios, y todas las dificultades de la propia vocación toman sentido,
porque lo único importante es humanizar al mundo en el pequeño pedazo que cada
uno tiene a su lado, predicar a Cristo y su salvación. Esto da alegría, ilusión
y felicidad y eso es lo que engancha. Sentirse ubicado y feliz. Dar aquello que
cada uno tiene lo material y lo espiritual con ingenio y con mucha creatividad
en muchas ocasiones para superar las dificultades.”
Misioneros
o ángeles
En Guinea Ecuatorial está también otro
valiente, el misionero compostelano, Manuel Carreira, medalla encomienda de la
Orden de Isabel la Católica, como Nieves. El hermano Carreira, que pertenece a
la orden religiosa de la Salle, lleva en este país africano más de 33 años.
Manuel dedicó muchos años a la docencia y ahora prepara a los catequistas de la
Selva. Hablando precisamente de valentía decía que “cuando haces lo que te
gusta y lo haces de corazón, las contrariedades se superan”.
En el año 80, después del golpe de Estado en Guinea, le pidieron ayuda y allí que se fue y todavía sigue. A la pregunta de si tomar esa decisión fue lo acertado, explica que “era dejar la vida cómoda y pasar de tenerlo todo a no tener nada, pero dejarlo todo forma parte de los misterios de la exigencia de Dios”.
Y si hablamos de misioneros gallegos
valientes no podemos dejar de acordarnos de Sor Julia Aguiar, el ángel de
Benín, como la llaman. Misionera de Ourense que lleva casi 40 años al frente de
un centro médico en plena selva, en Zagnanado, Benin, uno de los países más
pobres del mundo. Pertenece a las Franciscanas Misioneras de la Madre del
Divino Pastor. Julia, después de una corta experiencia en Venezuela, fue
destinada a Benín. Allí se encontró con enfermedades desconocidas, con
problemas de salud raros, como la úlcera de Buruli. Junto a sus hermanas
empezaron a investigar, a trabajar, a operar, a amar a la gente contagiada… En
1981 inauguran un centro de salud que acoge hasta 200 enfermos, aunque solo
tienen camas para 150. Allí están luchando todos los días para ayudar a estos
enfermos con unos síntomas y manifestaciones entre la lepra y la tuberculosis.
Por si esto fuera poco, los lunes,
miércoles y viernes consulta con 300 enfermos; los martes opera a una media de
50 pacientes; y el jueves trabaja como dentista. En ocasiones las colas en la
puerta del centro son de cientos de personas. Apenas si tiene tiempo de
contárnoslo…
La Universidad de Nápoles nombró en 2009 a
Julia Aguiar, doctor honoris causa en Medicina y Cirugía, en reconocimiento a
su labor en la lucha contra la úlcera de Buruli, enfermedad tropical endémica
en Benín.
El DOMUND de este año rinde un merecido
homenaje a todos estos valientes, a los misioneros que están en tierras de
misión, pero también a aquellos que van a ser enviados próximamente y a todos
los jóvenes que este verano han pasado sus vacaciones en misión.
Montserrat Vilaseca