Ana López Castaño lleva un año en Honduras. Compartió con nosotros los inicios de su misión en ese país, sus dificultades, sus proyectos, sus ilusiones y sus preocupaciones... Y de una misionera joven, a otro, Antonio Ónega, que dedicó su vida sacerdotal a la misión en América Latina.
Finalizamos la jornada con la Eucaristía en la que ofrecimos a San Francisco Javier la labor de nuestros misioneros.
Compartimos con vosotros algunas fotos: