Celebramos el sábado pasado, en la parroquia San Francisco Javier, el Día del Misionero Diocesano con gran asistencia de gente. Un recuerdo para nuestros misioneros y agradecimiento a sus familiares. Y un homenaje especial a Antonio Ónega, misionero del IEME, fallecido el mes pasado.
Ana López Castaño lleva un año en Honduras. Compartió con nosotros los inicios de su misión en ese país, sus dificultades, sus proyectos, sus ilusiones y sus preocupaciones... Y de una misionera joven, a otro, Antonio Ónega, que dedicó su vida sacerdotal a la misión en América Latina.
Finalizamos la jornada con la Eucaristía en la que ofrecimos a San Francisco Javier la labor de nuestros misioneros.
Compartimos con vosotros algunas fotos: