Comenzamos la semana del DOMUND compartiendo con vosotros la experiencia misionera de la Hna. Ines, Carmelita Misionera Teresiana, de nuestra diócesis y que está de misionera en Filipinas:
Queridos amigos de Jesús y su misión de la delegación de
misiones de la diócesis de Lugo, mi diócesis de origen. Gracias por la
invitación a compartir mi experiencia misionera.
Con mirada retrospectiva y memoria agradecida por el largo
camino recorrido como misionera peregrina, ligera de equipaje pero cargada de
optimismo y esperanza, quiero haceros participes del gozo de mi trayectoria
vocacional como misionera.
África fue el móvil de mi llamada vocacional como
religiosa- misionera, pero como Dios tiene sus planes, hace 27 años me envió a Asia, concretamente a Filipinas.
¡Gran sorpresa! No
teníamos presencia en este continente. Junto con otra hermana, fuimos elegidas
y enviadas por nuestros superiores a roturar esta tierra. Un 25 de enero, día
de la conversión de San Pablo, “Id por todo el mundo; predicad el Evangelio a
toda criatura“Mc 16:15, emprendimos vuelo hacia lo desconocido con la certeza y
seguridad que Él es fiel y cuida a los que ama.
La aventura misionera estaba cargada de incógnitas,
cada día algo nuevo, mi capacidad de asombro y admiración no daba abasto a
asimilar tanta novedad y realidades diferentes (cultura, costumbres, lengua…) Fueron tiempos “recios”,
pero Dios se manifestaba a cada paso de forma sorprendente, en personas y circunstancias.
Es inexplicable la experiencia de a cogida y cercanía de la gente, su paciencia
y compresión. El sentido de familia y
comunión fraterna vivida entre las
distintas congregaciones religiosas hizo
que nos sintiéramos en casa y favoreció positivamente nuestra inmersión con el pueblo.
Después de muchos anos aún tengo grabada en mis
pupilas y corazón la imagen que presencie en mi primera visita al “smokeymountain“,
lugar donde quemaban la basura de Manila y mientras ardía la gente segregaba lo
reciclable, ver esto me lastimo y de alguna forma me indigno, no hay derecho a
que unos despilfarremos tanto y otros carezcan de lo más elemental, experimente
una gran impotencia. Por otra parte mefascinaron losrostros sonrientes de esa
gente sencilla, hospitalariaque da lo que
necesita, todas las familias nos invitan a tomar algo, es increíble
En la misión se
presentan dificultades de diferente
índole, que se desvanecen cuandoacojo con el corazón desde la cercanía
y la sencillez, envolviéndome en la realidad dela gente con aptitud de escucha
y respeto. “un misionero de la
misericordia consuela con la fuerza de la compasión, no juzga…percibe a
Jesús vivo con él en medio de la tarea
misionera”, nos dice el papa Francisco.
Mi vida como misionera
la comparo con un jardín con diversidad de plantas y flores, cada
especie es única y tiene su belleza
propia, pero el conjunto de todas da un aspecto y colorido al jardín que lo embellece y hace atractivo. Esto pasa en la misión, una se
enrique en contacto con las personas que el Señor pone en su camino dando como
resultado la belleza dela Iglesia. “mi misión se reduce a anunciar a los
pueblos que tú, Iglesia, eres infinitamente bella y amable y a predicarles que
te amen” (Bto. Francisco Palau)
Después de estar varios años en la casa de formación
en Manila, el Espíritu me trajo a Lucena, donde tenemos un centro de desarrollo
integral para las familias de bajos recursos económicos. Es un proyecto muy
amplio que abarca diferentes programas:Alimentación, salud,educación,
experiencia de fe y construcción de viviendas.
Es una misión donde se palpa la realidad sufriente de la gente en situaciones
de riesgo, adultos y niños, esto me pide estar atenta y pronta,como María, para
saber responder a las exigencias de la misión.
Para ello es vital tener espacios que permitan el encuentro y relación personal
con Cristo. Nutrirse de la palabra de Dios para poder comunicarla.Otros aspectos
importantesen mi vida misionera son el apoyo de mi comunidad, soy enviada, no
estoy sola,y el acompañamiento espiritualquefavorezca eldiscernimiento y la
búsqueda constante del querer de Dios en mi vida y misión.
Siento que mi experiencia misionera sintoniza con este
poema de Tagore;
“Tú me has traído amigo que no me conocían.
Tú me has hecho sitio en casas que me eran extrañas.
Tú me has acercado lo distante
Y me has hermanado con lo desconocido.
Mi corazón se me inquieta si tengo que dejar mi albergue
acostumbrado
Olvido que lo antiguo esta en lo nuevo, que en lo nuevo
vives también tu
En el nacimiento y en la muerte, en este mundo o en el otro,
en cualquier sitio dondetú me lleves, tú eres tú mismo,
el único compañero de mi vida infinita, tu queestás atando
siempre mi corazón,
con lazos de alegría, a lo ignorado. Pero cuando se te
conoce, nadie es extranjero,
Ninguna puerta estácerrada
¡Señor, concédeme esto que te pido:
que yo no pierda nunca la felicidad de encontrar lo único en
este juego de lo diverso!”
Ya deciros que soy de un pueblecito de Lugo en el
camino de Santiago. Me llamo Ines,Carmelita Misionera Teresiana, congregación
fundada por el Bto.Francisco Palau y como él, “voy donde la gloria de Dios me
llame.”
Unidos en la misión, mi recuerdo y oración
Ines,cmt
Filipinas
septiembre 2016