Acaba de sorprender a toda la Iglesia Católica y a todo el mundo la noticia de la renuncia del papa Benedicto XVI a la Sede Romana a partir del 28 de febrero.
Benedicto
XVI ha
sido un Papa valiente, emprendedor y ahora, con este gesto, se puede
decir con razón que profundamente humilde. Así se presentó en el
momento de su elección, como un “humilde
trabajador de la viña del
Señor”;
así ha sido todo su pontificado y así ha querido que sea el final
del mismo.
Desde
Obras Misionales Pontificias de España queremos
agradecer al Papa el ministerio que ha ejercido en favor de toda la
Iglesia, el impulso que le ha dado y su espíritu misionero. Sin
grandes declaraciones, ni mucho alarde, el Papa Benedicto XVI ha
dejado muy marcado a la
Iglesia el
camino que debe seguir en este inicio del siglo XXI: el trabajo
constante, callado, humilde, cotidiano… para vivir la fe en Cristo,
presente en su Palabra y en los sacramentos, especialmente la
Eucaristía, que nos lleve a los cristianos a una nueva
evangelización y a un nuevo impulso de la misión ad
gentes.
Nos
unimos a la oración de todos los fieles para
que este nuevo periodo que se abre ante la
Iglesia, de la mano del magisterio y del testimonio de Benedicto XVI,
sea de un inmenso fruto misionero para que la
Iglesia haga
presente la palabra del Evangelio y los signos del reino de Dios en
todo el mundo y a todos los hombres.