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23 jul 2018

El valor de las cosas, el valor de los misioneros. Israel Peralta, presidente de la ONGD MISEVI

Compartimos con vosotros una pequeña reflexión sobre el valor de las cosas, escrito por Israel Peralta, presidente de la ONGD  MISEVI:

Miro a mi alrededor y me pregunto sí lo más trasgresor, revolucionario y contracorriente de todo, es lo que se hace gratuitamente porque sería imposible ponerle valor, lo que se dirige a los más empobrecidos, lo que desborda el entendimiento de cualquier persona e incluso cualquier economista, lo que ningún publicista se atreve a anunciar, lo que no es capaz de sostener ninguna cuenta corriente, por muy nutrida que sea; negarse a uno mismo, salir de tu tierra, descalzarse ante la realidad, mirar a los ojos de la miseria, preguntarse cada día si merece la pena, endeudar la salud propia en pos de la salud de los otros, rebajarse, saltar al vacío de la incertidumbre del futuro, denunciar lo que nadie es capaz de ver, luchar por transformar las cadenas de tantos, que nacieron esclavos del sistema, en definitiva: ser misionero.
No puedo obviar el valor de mercado de algunos deportistas supera los cien mil millones de euros, hay consejeros y directivos que reciben nóminas por encima de los 100.000€ anuales, coches por los que se llega a pagar 200.000€. Y yo me pregunto ¿Qué tipo de habilidades tienen esos deportistas? ¿Qué tareas realizan esos trabajadores cualificados? ¿Qué pueden aportar esos vehículos, además de trasladarte de un lugar a otro? Esta lista de “valor” podría ser interminable: relojes, vinos, casas, champan, joyas, etc. Los economistas nos dirían que ese precio elevado depende de la oferta y la demanda, algo que muchos desean y pocos pueden adquirir. Pero hay algo de artificial en todo ello, algo que nuestra naturaleza no asume de forma automática, porque si no, ¿para qué gastarse tantos millones en intentarnos convencer de que esos lujos son algo deseable? Millones de horas de anuncios, miles de publicistas, publicidad por todo tipo de medios, para hacernos ver la “necesidad” de adquirir todo lo que puede dar “valor” a una existencia anodina sin ellos. Eso sí, al módico precio de la luna en verso.
Nuevas dudas me asaltan ahora ¿cuál es el valor de mercado de 20 años dedicados a la misión? ¿Cómo cotizaría en bolsa Misevi, sus misioneros y sus proyectos? ¿Cuánto se pagaría por el traspaso de uno de nuestros misioneros? No sé lo que otros harían, pero nosotros, los socios de Misevi, no sabemos poner valor a lo que es incalculable, solamente podemos maravillarnos, sentirnos agradecidos y seguir apoyando con todos nuestros medios posibles la labor de nuestros misioneros. Gracias