La semana pasada tuvo lugar en Madrid la XIX Jornada de empleados y
voluntarios de Obras Misionales Pontificias. Compartimos con vosotros 2
testimonios misioneros:
Lejos de quedarse en el despacho, el nuncio recorre todo el país y conoce todas las iniciativas de los misioneros. Así puede avalar con su firma todos los proyectos presentados a Obras Misionales Pontificias. Posteriormente, una vez aprobados en Roma, el dinero llega a las nunciaturas para que lo distribuyan. “Yo soy testigo de que este dinero llega hasta el último céntimo, y eso la gente lo tiene que saber”. Según explicó, cuando la nunciatura recibe las ayudas, se hace una declaración de que esa cantidad ha llegado y de que se ha entregado. “Llevo haciendo esto toda la vida”, apostilló.
El nuncio de Su Santidad en Ecuador ha explicado que las ayudas de Obras Misionales Pontificias no son asistencialismo ni paternalismo, sino que son signo de una “comunión de bienes”, como la de los primeros cristianos. Si no fuera así, se adulteraría la Iglesia. “Me duele que estemos perdiendo ‘misionoriedad’ como Iglesia”, afirmó monseñor Carrascosa. Por ello, defendió que para ser cristianos, hay que ser discípulos y misioneros; si no anunciamos a Cristo es porque no lo vivimos. “Una mujer que compra un detergente que le va muy bien se lo cuenta a todo el mundo”, afirmó.
Anunciar
el Evangelio entre ríos y selva
“Gracias a las ayudas de OMP vamos viviendo los
misioneros y vamos haciendo la tarea”, explicó monseñor José Javier Travieso
Martín C.M.F., vicario apostólico de San José del Amazonas, que intervino por
videoconferencia. En un terreno inmenso y con pocos misioneros, las necesidades
son enormes. Según explicó, recibe cada año del Domund un apoyo para los gastos
ordinarios -unos gastos que no financian otras instituciones- y para la
formación de catequistas. Por otro lado, recibe tres proyectos al año para
construir casas de misioneros, locales parroquiales, rehabilitar estructuras
dañadas por la climatología…
Para sostener el trabajo que el vicariato
realiza con los niños, cada año recibe ayudas de Infancia Misionera. En
particular, se apoya a los internados en los ríos Napo y Putumayo. Según
explicó, sin ellos cientos de niños no podrían estudiar ni incluso comer. Con
este dinero se ayuda también a bebés recién nacidos, y se da el desayuno a
cientos de pequeños que van a las guarderías. Además, se apoya la formación
misionera de niños. Y por último, explicó que el vicariato tiene 7 seminaristas
formándose en diversos seminarios (Iquitos y Trujillo), y apoyados por las
ayudas de Vocaciones Nativas.
El vicario apostólico de San José del Amazonas
quiso agradecer el trabajo que se hace desde las delegaciones de misiones y
desde OMP España. “Muchas gracias, que Dios nos dé salud para seguir, a ustedes
donde les toca y a nosotros aquí”. Fuente OMP España