“Deseo compartir esa gran experiencia de
seguir el mandato de Jesús: “Vayan”. Desde hace varias semanas estoy en el municipio de Sacaba (Cochabamba, Bolivia)
compartiendo misión con mis hermanos de
Misioneros Seglares Vicencianos, enviado
por la Delegación de Misiones de Lugo,
sembrando el Evangelio de Jesús a través
de mi trabajo en la misión. Uno llega a descubrir que no es tanto lo que da, sino mucho
lo que recibe en experiencias, en el contacto con la gente más sencilla, que siempre
tiene un gesto de generosidad y cercanía, y comparten lo que no tienen, enseñándome cuanto bien nos hace ver la pobreza de cerca.
“Desde el Centro de Atención a la Mujer (CAM) trabajan un grupo de mujeres que
sufrieron y superaron hechos de violencia de género. Ellas son las promotoras de
derechos humanos y su labor consiste en acompañar y asesorar a mujeres que padecen la violencia para que se alcance una justicia transparente basada en la reconstrucción de los derechos humanos y así vivir con dignidad. Con las instancias
públicas ese trabajo se hace desde la experiencia del CAM, que consiste en entender la acción como respuesta complementaria a la falta de recursos públicos, ante
la realidad de la violencia que sufre la mujer. De ahí que una prioridad del ser y hacer del CAM es la coordinación y apoyo a las instancias públicas, obligadas por ley
a dar respuesta a esta realidad.
“Sigo creyendo y apostando por trabajar en estos lugares lejanos pero próximos,
por la unión de la comunidad en la que me encuentro. Hay más alegría en dar que
en recibir. Por ese motivo extendemos la mano de Dios a través de tantos misioneros que disfrutan del don del envío a lugares en los que la necesidad se hace un
permanente llamado a los bautizados y comprometidos con el Reino de Dios”.
José Luis Pérez Mudarra