El Papa Francisco llamó la atención esta mañana sobre el peligro de “dos riquezas culturales”, que pueden paralizar nuestro seguimiento de Jesús, como ocurrió con el joven rico.
Una de ellas es la “fascinación de lo pasajero”: nos movemos a gusto cuando somos “señores del momento”, porque eso nos permite responder cómodamente al Señor, según nuestras conveniencias. En cambio, el Papa nos propone ser “señores del tiempo”, como lo han sido “tantos hombres y mujeres que han dejado su tierra para ir como misioneros para toda la vida”, o lo son tantos “que han dejado su propia casa para hacer un matrimonio que dure toda la vida”.
El Santo Padre subrayó que estamos “enamorados de lo pasajero” y “no nos gustan” las propuestas “definitivas”, que nos hace Jesús, porque tenemos miedo del tiempo de Dios.
La fascinación de lo pasajero es una de las riquezas que tenemos que dejar para el seguimiento de Cristo; la otra mencionada por el Papa es la del bienestar, que nos anestesia haciéndonos “vagos” y “egoístas”.
El Papa Francisco nos invita a preguntarnos cuál es la riqueza que “nos impide ir hacia Jesús” y que debemos abandonar.