Cuentan que aquellos tiempos 1870, durante un día caluroso, se encontraba un trabajador realizando su faena en la zona conocida como “Korihuma”. Una tormenta obligó al campesino a buscar cobijo y vio caer un rayo sobre una piedra que fue partida. En las 2 partes de la piedra quedó estampada la imagen de la Virgen María con el niño Jesús. La piedra fue llevada al templo que soportó un incendio.
Una persona tuvo entre sueños una revelación, que le incitaba a abandonar el lugar, de lo contrario, sufrirían una tragedia. Los vallunos que querían apoderarse de la imagen salieron en busca de los sacabeños quienes se escondieron en una cueva cercana al río Canal Mayu e imploraron. “Virgencita, ampáranos, mamita, ampáranos”, quedándose desde entonces con ese nombre “Virgen del Amparo”
Compartimos un vídeo donde Doña Antonieta, la más fiel seguidora de la Virgen, cuenta su experiencia junto a algunos ex-parrocos.
Y aquí va una selección de fotos, enviada por nuestra misionera Ana López Castaño, de la visita de la Virgen al Penal.