En el norte de Perú, en plena sierra de La Libertad, se encuentra la población de Otuzco, la cual alberga el santuario de la Inmaculada Virgen de la Puerta, patrona del norte de Perú. los responsables de dicho santuario y del cuidado de su culto son los misioneros redentoristas.
En este inicio de curso, nosotros queremos adoptarla como una Virgen misionera, que nos amplía el horizonte de nuestra mirada más allá de los límites de nuestra diócesis, y nos empuja a salir a las periferias.
A ella ofrecemos el trabajo de la delegación en este curso que ahora comenzamos, rezando esta oración que encontramos en las paredes de su santuario y en los trípticos que allí se reparten:
Madre del Señor que dijo:
¡Yo soy la Puerta,
tendrá vida quien entre por mí!
Haznos entrar por Jesús,
leyendo su Palabra,
recibiendo su perdón,
comiendo su Eucaristía.
Siempre abierta de par en par
al dolor de tus hijos,
haznos también pasar por ti
a aquellos que nos necesiten.
Solidarios con ellos, siempre, siempre;
el corazón cerrado, nunca, nunca.
Nos ofrecemos hoy a ti.
Tu corazón de Madre nos acoja.
Contigo, peregrinos de la Fe,
queremos recorrer, también contigo,
la peregrinación del Amor.
Hasta que, al final de nuestro caminar,
nos muestres a Jesús,
fruto bendito de tu vientre,
oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen de la Puerta.
Amén.