Monición de entrada
En la oración de hoy,
vamos a pedir que el Señor que envíe operarios a su mies en Asia. La misión en
ese continente está aún en sus comienzos. Todavía es una pequeña semilla que
empieza a brotar.
Necesitamos conocer y
saber más del Asia actual y del caminar de sus iglesias cristianas, abiertas al
diálogo interreligioso y siempre en una dinámica misionera en medio de
obstáculos y de dificultades.
La iglesia asiática es una iglesia abierta al
diálogo. Y eso es lo que hoy nos enseña.
Pero es una iglesia
pequeña, que está comenzando. Apenas el 3 por ciento de los asiáticos se
declara católico. Hoy pidamos, en nuestra oración, especialmente por los
seminaristas y novicios y novicias de Asia.
Evangelio: Mc 4, 3-8
Una
vez salió un sembrador a sembrar. Y sucedió que, al sembrar, una parte cayó a
lo largo del camino; vinieron las aves y se la comieron. Otra parte cayó en
terreno pedregoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida por no tener
hondura de tierra; pero cuando salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se
secó. Otra parte cayó entre abrojos; crecieron los abrojos y la ahogaron, y no
dio fruto. Otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo y desarrollándose,
dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras ciento.
Asia nos transmite el
pilar de la misión de la apertura y del diálogo (ponemos en el panel las palabras “apertura y diálogo”). ¡Cuánto tenemos que
aprender de Asia! ¡Qué poco sabemos dialogar con calma, sin imponer nuestro criterio!
En un cuenco de arena,
echamos estas semillas (alguien echa unas
semillas en un cuenco con tierra). Son las semillas del diálogo. Pedimos,
de este modo, que brote en Asia el Evangelio. Y pedimos que nosotros acojamos
esa enseñanza de la iglesia asiática.
Cantamos:
Sois la semilla que ha de crecer,
sois estrella que ha de brillar,
sois levadura, sois grano de sal,
antorcha que ha de alumbrar.
Id, amigos, por el mundo
anunciando el amor.
Mensajeros de la vida,
de la paz y el perdón.
Sed, amigos, los testigos
de mi Resurrección
Id llevando mi presencia,
con vosotros estoy.
sois estrella que ha de brillar,
sois levadura, sois grano de sal,
antorcha que ha de alumbrar.
Id, amigos, por el mundo
anunciando el amor.
Mensajeros de la vida,
de la paz y el perdón.
Sed, amigos, los testigos
de mi Resurrección
Id llevando mi presencia,
con vosotros estoy.
“Gracias” desde… Asia
“Vuestra generosidad
permite al Salvador ser poco a poco conocido, amado y servido hasta los confines
del mundo, como puede ser nuestra diócesis, en las aisladas montañas del
extremo norte vietnamita. Los desafíos misioneros son allí también muy grandes.
Y sin embargo, la salvación ha sido manifestada a todos los pueblos, a todos
los hombres, y nosotros, un pequeño puñado de cristianos, debemos ser los
testigos. La protección celestial de santa Teresa del Niño Jesús nos da mucha
seguridad en medio de las pruebas; también vuestra ayuda fiel, transmitida por
la Obra de San Pedro Apóstol. Solo ella nos garantiza la existencia y el
crecimiento. Vuestra generosidad es para nosotros el signo de que el amor de
Dios está actuando en vosotros, y esto nos llena de alegría y esperanza. Todavía
necesitamos vuestra ayuda y, sobre todo, vuestras oraciones”. (Testimonio del Padre Joseph Nguyen Bình Trong, superior del Seminario Menor Santa Teresa
de Lang Son, Vietnam)
Peticiones
· Por la pequeña iglesia de Asia, una iglesia que crece y da grandes pasos.
Para que la semilla del Evangelio siga fructificando aquella tierra. Roguemos
al Señor.
· Por los seminaristas y novicios del continente asiático. Para que no se
desalienten en su inmensa tarea. Roguemos al Señor.
· Por el aumento de vocaciones nativas en Asia. Que Cristo, el Sembrador, siga
sembrando esa tierra con nuevas vocaciones. Roguemos al Señor.
· Por todos los mártires de la Iglesia de Asia, víctimas de la incomprensión,
la falta de diálogo y el fundamentalismo religioso. Roguemos al Señor.
· La diócesis de Lugo tiene un santo: San José María Díaz Sanjurjo, dominico,
misionero, obispo y mártir en Vietnan. Que su testimonio y su entrega fecunden la
iglesia en la que se entregó. Roguemos al Señor.
· Por nuestra diócesis de Lugo. Para que sea generosa con la iglesia de Asia,
tal como lo fue San José María Díaz Sanjurjo. Roguemos al Señor.
· Por todos nosotros. Para que aprendamos a abrirnos y a dialogar, tal como
nos enseña la iglesia de Asia. Roguemos al Señor.
· Por nuestra comunidad parroquial. Para que acojamos el ejemplo de apertura
y de entrega de San José María Díaz Sanjurjo. Roguemos al Señor.
Oración final
Señor, te rogamos
por nuestros hermanos y
hermanas
que han respondido sí
a tu llamada al
sacerdocio,
a la vida consagrada
y a la misión.
Haz que sus existencias
se renueven de día en
día,
y se hagan evangelios
vivientes.
¡Señor misericordioso y
santo,
sigue enviando nuevos
operarios
a la mies de tu Reino!
Ayuda a los que has llamado
a seguirte en este
tiempo nuestro;
haz que, contemplando tu
rostro,
respondan con alegría
a la maravillosa misión
que les has confiado
por el bien de tu Pueblo
y el de todos los
pueblos.
Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Canto:
¡Ven con
nosotros al caminar,
Santa María,
ven! (bis)
Si por el mundo los hombres
sin conocerse van,
no niegues nunca tu mano
al que contigo está.